viernes, 11 de diciembre de 2020

Semi balance anual por Sandra Ávila

 

   Un par de tiras de organza roja me sirvieron para hacer unos cuantos moños y completar el arbolito de este año. Cada año hay que agregar algunos nuevos ya que muchos se rompen. La colita de ratón dorada sirvió para completar el adorno, en cuanto agregue las luces y las enchufe: el pino cobro vida. Una foto en IG completo el espíritu navideño. Muchos le escapan a la navidad y todo el festejo en relación a esta fecha. Muchos solo quieren la ensalada de frutas, sidra y turrón, lo demás no les interesa.

  Cuando empezó la pandemia nadie se hubiese imaginado que las fiestas la íbamos a pasar encerrados, con casi nada de amistades y familiares.

  Yo pensé que al estar encerrados el tiempo se iba a transitar lento, pero lo cierto es que el año se me paso volando. Hice todo el año de maestra para ayudar a mi nena a cumplir con sus tareas. No tengo problema con ayudarla, claro que no, es mi deber como madre ayudar en sus tareas escolares. El tema es que uno es madre, no maestra, no tenemos la pedagogía de un docente. A la piba la torture con la tarea sábados, domingos y feriados, y hoy no me arrepiento. Sino tendría que seguir sus clases hasta febrero o marzo.

  Alterne mi cursada de la facultad con otras cosas, por ejemplo, estudiar para los finales que están a punto de vencer…pegue en el palo. Llegue justo. Año caótico, agitado, y productivo.

  Estoy feliz, adelante mucho. A los 30 finales aprobados me recibo de técnica. ¿Quién lo hubiese creído?, si mi madre estuviese viva tampoco lo hubiese creído, de lo que si estuvo segura siempre es de que soy una persona ambiciosa y lo dijo la ultimo vez que la vi. Cualidad que ella siempre recalco como un defecto.

jueves, 22 de octubre de 2020

22 de octubre Día Nacional del derecho a una identidad


Mi nombre es Sandra, mi papá se llama Miguel, mi mamá Raquel pero falleció. Cuando era chica pensaba que mis padres no eran mis padres y que estaba donde estaba por una gran equivocación. A medida que crecía iba inventando diferentes historias respecto a mi identidad, mi lugar de origen. Recuerdo que hasta me solía cambiar el nombre por alguna estrella que veía en la Tv.


 

martes, 13 de octubre de 2020

Finalista Itaú



Hace un tiempo participe con trabajo digital. Nunca creí que podía llegar esta esta instancia. Amigos, quedé finalista.
❣️
Simplemente gracias gracias gracias gracias #Itaú
Estoy muy feliz y agradecida por la oportunidad de ser parte de esto movimiento Cultural.
Ya veré qué sigue.
❤️
📚


 

viernes, 18 de septiembre de 2020

Cuchillos y Rosas. Antología poética de Sandra Ávila

Cuchillos y Rosas

Mi primer libro de poesías reúne escritos desde 2016 hasta finales del 2019 y otros poemas inéditos del 2000.
 

domingo, 23 de agosto de 2020

Entrevista para Abel Rivas Espacio de Arte

 Les comparto una entrevista que me hizo Carlos Rampolla para Abel Rivas Espacio de Arte 


REPORTAJE MAGAZINE.




Hoy entrevistamos a la Artista: Sandra Ávila
Sandra Ávila (nació en González Catán provincia de Buenos Aires, 1980) Participo en Antologías de selecciones Nacionales e internacionales. Forma par

te del Staff del blog español de literatura: Libros, nocturnidad y alevosía.
Libros: 2012 - Cuentos Urbanos, Alma Desnuda, Limbo, “Esto no es el fin del mundo...pero es un caos”.
2014 - “Sofocados, acciones consecutivas” / 2016 Marysol novela juvenil, 2019 Cuchillos y Rosas Antología poética. 2015/6 Coordinó Confluencias. Desde la piel del Durazno, / 2016 - Confluencias. Camino de letras.
2017 - Confluencias. Alas. / 2018--Confluencias. Tiempos. 2020- Confluencias Utopías.
Actualmente reside en Córdoba. Es representante de Ediciones Masmédula en Córdoba. Estudiante de Lic. en Periodismo y nuevos medios en la Universidad Blas Pascal.

1) ¿Cómo es el proceso de su creación, tiene ya en mente una idea?
El título de una noticia periodística puede ser el disparador para dar comienzo a un nuevo cuento o novela, una historia que se tocó de costado también pueden ser excusa para escribir, o simplemente la observación de una fotografía suele funcionar como un excelente ejercicio para dar comienzo a una nueva trama. Por lo general siempre se escriben borradores sueltos con distintos tópicos o con ideas generales, con reproducción de diálogos o posibles escenas y pensamientos. Pero estoy segura que al momento de empezar a escribir para un nuevo proyecto siempre hay una idea bastante definida en la cabeza del autor que después se irán desarrollando por completo, así sucede cuando se inicia una novela o un cuento y estos manuscritos o borradores siempre son útiles para continuarlos, recrearlos y o extraer ideas para algo más finito, a partir de ahí el texto comienza a tomar vida, un texto puede ser como la arcilla que necesita ser moldeada y trabajada hasta que conseguimos la idea inicial. La lectura de un libro siempre deja secuelas para dar comienzo a los primeros bocetos.
2) ¿Cuál es su deseo, impresión, a la hora de quien observa su obra?
El deseo de todo artista cualquiera sea su oficio es entretener a alguien más, causar alguna emoción en el otro ya sea que le resulte cómico una escena y le cause alguna sensación o conmoción por alguna situación similar a la que haya vivido, despertar en el otro algo que sentía, pero no se había dado cuenta sino hasta ese momento. Dejar alguna reflexión para el lector, espectador y si son miles mucho mejor. Me gustaría que algunas de mis novelas sean llevadas al cine.
3)¿Piensa que el arte cubre una necesidad básica en la vida de los seres humanos?
El arte como actividad de recreación y el Arte visto como distintas temáticas es fundamental para los hombres, no podemos vivir sin el arte, de manera que el arte en todas sus variantes, son necesarias ya que con ellas aportamos al mundo otra mirada más sensible de la vida y de las cosas, el arte nos satisface, nos distrae, vista como un pasatiempo …en resumen nos hace bien, no me imagino la vida sin música, sin libros sin cines.
4) ¿Puede contarnos sus próximos trabajos de que trata?
Uno de los proyectos que tengo para el próximo año es: "Confluencias éxtasis", una antología literaria que reúne varios escritores santarroseños e invitados especiales y va por la quinta edición, y en cada una de ellas les doy una palabra clave a los participantes, esta sirve de inspiración para escribir. Estoy escribiendo poesías para un nuevo libro y seguramente el 2021 seguiré en la producción y corrección de textos.
GRACIAS SANDRA ÁVILA.
REPORTAJE: CARLOS RAPOLLA.
La entrevista fue publicada el  26 de julio del 2020 en Faceboock quí dejó el enlace

miércoles, 1 de julio de 2020

Convocatoria fotos de baúl, segunda vuelta. Se fueron todos, quedamos vos y yo por Verónica Meo Laos



Lo sabía desde mucho antes de que murieras: te ibas a ir y, con vos, te ibas a llevar una parte de mi historia.

No puedo cicatrizar la herida umbilical de haber sido dos desconocidas. Llamarte “madre” fue apenas un vocativo tan distante como llamarte por tu nombre de pila.

Con el tiempo me fui acostumbrando a tu hermetismo. Como en aquellas novelas del realismo mágico latinoamericano, un día decidiste cerrar la boca y no hablaste nunca más. Con los labios apretados me fui resignando a tu distancia.

Confieso que esto de soltar tu vida en imágenes al mundo entero es como una botella al mar, un rompecabezas sin principio ni fin dispuesto a ser armado y desarmado tantas veces como alguien decida tomar un teclado y ponerse a escribir un relato imaginario.

No te conocí Esther, no supe de nada de tu vida, pero tu silencio en imágenes estuvo lleno de voces.

Quizás de este modo, de una vez por todas, podamos levantar la bandera blanca y reconciliarnos.

Buen viaje, mamá.


Verónica Meo Laos, Periodista, escritora y docente, Dolores, Provincia de Buenos Aires

Convocatoria fotos de baúl,segunda vuelta. Las mariposas son libres por Leandro Blas



   La conocí  mientras esperaba a que un amigo bajara de su departamento a abrirme.  Era tipo doce y media de la noche, yo fumaba un cigarrillo,  la vi pasar como también  vi pasar a mucha gente en aquella espera. Caminaba frente a mi, cuando de repente se agachó hacia el suelo, llevaba unos zapatos no tan altos y al parecer uno de ellos se le había desatado. Mientras lo prendía pasó un señor mayor, que le dijo algo. No alcanzo a oír lo que este hombre se atrevió a verbalizar, porque  lo dijo por lo bajo,  pero si pude escuchar la respuesta de ella.

-¡Callate viejo asqueroso!-. Le gritó mientras alzaba la cabeza.

El  atrevido siguió sin  hacerse problema, con un paso medio lento como si la mismísima  vejez lo llevara de la mano. La chica  me ve, se ríe  y se me acerca.

- Perdón, es que es la primera vez que salgo con la espalda descubierta  y estoy como a la defensiva -
-Te entiendo -
Ella se ríe y  enseguida se presenta,  me cuenta que se llama Miranda. Le dije que me parecía un lindo nombre y me lo agradeció con una enorme sonrisa .  Fue una sensación tan rara  porque nos mirabamos y nos tratábamos como si nos conociéramos de toda la vida. ¿Alguna vez les pasó que sintieron tanta confianza con una persona desconocida?. Esa noche  nos comunicamos desde la misma inocencia. Como los niños que ante la soledad y el aburrimiento no hay un ego los vuelva mezquinos, tampoco  aparece la timidez que los silencia, ni siquiera  el miedo  o la desconfianza que nosotros los adultos solemos cargar. Así como una niña, ella me invitó a jugar. Me contó que estaban por ir a una fiesta que se hacía en el departamento de una de sus amigas y me preguntó si quería ir.
Ni lo pensé y encaramos juntos mientras se escuchaban nuestras risas.  Me contó que venía de una ciudad del  sur que era tan conservador, que se fué y eligió venir a estudiar teatro a Córdoba, sin mucha aprobación de su madre.
Su familia era muy tradicional aunque al parecer la libertad era algo que se terminaba respetando, quizás eso la hacía tan distinta con ese aire rebelde que siempre la acompañaba. Una vez me mostró una foto que le robó a su abuela, en la que estaban sus padres saliendo de la iglesia cuando se casaron. Miranda adoraba a su papá y pude notar que tenían el mismo rostro y esa  elegancia natural que sin dudas era hereditaria. Su madre en cambio transmitía dulzura y pasividad. No tenía hermanos.

Quiero contar que desde la noche que la conocí pasabamos mucho tiempo juntos. Hablábamos por teléfono por horas y muchas veces me invitaba a ver alguna obra en la que ella actuaba,  otras veces simplemente, nos reuníamos a tomar mates mientras me contaba sobre algún nuevo amor.
Hasta que en su vida apareció él. Un hombre diez años  mayor que ella, alto cabello entre cano que trabajaba en un banco de Buenos Aires.
La conoció en una fiesta en Carlos Paz y quedo embobado. Su nombre era Alfonso, a mi no me caía muy bien el sujeto. Porque eran muy distintos, el agua y el aceite. Ella era luz, color, en cualquier habitación que estaba siempre la rodeaba gente. Realmente quería estar a su lado. El era sumamente aburrido, solo hablaba de dinero y no tenía mucho humor.
Pero se fueron a vivir a Buenos Aires juntos. Aun recuerdo lo contenta que mi amiga  estaba, un día me llamó para contarme que fueron a ver una obra que se llamaba Las mariposas son libres que dirigía José Cibrián y en la cual debutó como actriz Susana Giménez. Supimos ver esa película juntos y nos encantaba.
Pasó el tiempo se casaron y ahí las cosa comenzaron a cambiar entre ellos. Los celos mezquinos salieron a la luz.
Alfonso no quería que ella actúe y le prohibió seguir con el teatro, también le exigía un hijo que ella no se lo podía dar.  Eso la mortifico muchísimo.
Con el tiempo se volvió una ama de casa apagada enjaulada en un castillo que ella supo elegir. Sumemosle  también que aquel macho celoso era un mujeriego que lo ocultaba muy bien bajo su cara insulsa  .
Quizás Miranda en el fondo quería la familia que ella supo tener  y por eso se engañó, no lo sé. Lo que sí sé, es que nunca voy a olvidar ese llamado en el que me contaban Miranda, que  había decidido acabar con tu vida. Algo en mí se quebró, mi concepción de la felicidad se volvió otra. Nunca volví a ver la vida con los mismos ojos y maldije cada segundo en el que no puede estar  acompañándote.

Entre cosas viejas  buscando  tu recuerdo encontré fotos y un viejo señalador de libro que  habías escrito Yo sólo pido ser libre,  las mariposas son libres….nada  ni nadie te describió  tan bien.





Leandro Blas, Estudiante Comunicación Social - La Calera Cba

martes, 30 de junio de 2020

Convocatoria Fotos de baúl, segunda vuelta. Melena rubia por Isabel Pisani




Desde la penumbra del lecho,
la mujer endulza con nostalgia
la soledad y la muerte de los años.

Se vuelve pequeña  frente al espejo
y llora su melena sin trenzas,
sus tiernos pies sin patines,
sus mejillas sin rubores,
su regazo sin muñecas.

Luego adolescente hurga curiosa
la piel del vidrio iluminado
y enlaza palabras de amor,
de sueños con brillo de luces lejanas,
muy lejanas de la tristeza, la desesperanza
y la ilusión amordazada.

Joven pasea en la luna esmerilada
sus manos y caderas ondulantes
y dibuja una caricia febril
con la promesa procaz del sexo.
Sabe ciega esa mirada amarga
y su risa de antifaz  tiznado.

La mujer cruza el cristal azogado
y posa desnuda su hambre de cielo
tras una rubia melena afable…
y esa turbia invitación a la Nada.

Isabel Pisani, escritora y docente, Palermo, Buenos Aires- Argentina



domingo, 28 de junio de 2020

Convocatoria fotos de baúl,segunda vuelta. Fugitivos del tiempo por Ricardo Lewitan





Una eternidad nos acecha.
 Un adiós tras otro adiós
 y las voces del olvido.
 Nadie recuerda los nombres
 que la historia ignora;
 pero ella se alimenta
 de la sangre de los desconocidos
 de los perdidos en el silencio.
 Como mi abuelo el violinista
 del que no conozco ni su nombre.
 La soledad se aquieta
 cuando cierro los ojos al mundo.
 Siento entonces entre las venas
 a todos mis ancestros
 danzando la danza
 de los que fueron carne
 y que hoy son tierra, aire y nada.
 Tal vez aquellos rostros
 que me hablan entre sueños
 tal vez la voz de los desconocidos
 de los perdidos en el silencio
 aún viven bajo mi piel,
 fugitivos del tiempo.


 Ricardo Lewitan, músico y poeta, CABA, Argentina

Convocatoria fotos de baúl, segunda vuelta.Hermanas por Norma B. Barreiro

Revolviendo la caja de las fotos que me dejaron mis hermanos después de desarmar la casa de nuestros padres, encuentro esta foto de nuestras tías, las hermanas de mamá.

Cuánta sombra en los ojos de dos hermanas cuyo amor no alcanzó para sostenerlas unidas. No era una opción quedarse o irse. Las atravesó un mandato que más que materno era social.

Ella era la mas chica. Supuestamente, era la que tenia mas oportunidades. A la que el tiempo le jugaba a favor.

Lo había conocido en la playa. Aquel domingo de caminata familiar de un pueblo a otro, cuando para los pobres no existían espacios recreativos ni lugares de esparcimiento. Vivían en un paraíso pero el hambre y la pobreza lo habían desprovisto de esos encantos que sólo asoman después de haber cubierto las necesidades básicas.

Kilómetros de caminatas donde la distracción era descubrir las flores silvestres y esas plantas medicinales que cosechaban para tisanas. Caminatas de risas e historias.

En la playa corriendo por la orilla de un mar transparente, de repente aparece él. Alto, simpático, con una sonrisa de aspecto imborrable.

La hermana se había metido al mar y a ella la playa se le había vuelto infinita, hasta que su vista se cruzó con la de él.

Y de pronto hablaban como si se conocieran de siempre. Un “siempre” tan pobre de experiencias! Entre risas y palabras que alimentaban una infinidad de coincidencias nació este encuentro, que resultó ser bisagra en la vida de esas hermanas.

Meses de reconstruir aquel domingo entre sueños, mientras se repetian encuentros secretos y furtivos.

La única que supo de esta relación era su hermana mayor. Le costaba cubrir esa relación ante el resto de la familia. Confiaba que pronto saldría a la luz y que sus padres aceptarían la relación y podrían compartir una nueva normalidad. Nunca imaginó que nada de eso ocurriría.

Algunos meses después, una  mañana, cuando fue a  despertarla, ella le pidió que fueran a aquella playa juntas. Él las esperaba. Tomó aquella fotografía. Y es allí  donde se despiden. Ya no volverían juntas esa tarde a la casa paterna. Las hermanas se iban a separar. Lo que no sabían era que iba a ser para siempre.

La mano de la hermana mayor quería retenerla. Pedirle que no la deje, que temía por ella. Las palabras quedaron en aquella playa vacía.

Se fue porque no quería ser la deshonra de la familia. Se fue tras un amor que no podía darle un matrimonio que blanqueara esa relación que los unía.

Se fue para que el misterio de su desaparición los salvara de la vergúenza que representaba una madre soltera en su familia.

Se fue porque nadie hubiese acompañado su decisión de traer una nueva vida a ese mundo tan difícil: ella era la hija menor y debía esperar que sus padres eligieran alguien con quien “desposarse”. Que eligieran por ella quién sería el dueño de su cuerpo y de su destino. Pero su alma había elegido antes que los demás decidieran por ella.Ya no había vuelta atrás.

La foto inmortalizó la bifurcación de sus caminos. Ese destino que una fuerza interior había dividido mucho antes.




Norma B. Barreiro Paraje El Durazno de Calamuchita, Pcia. De Córdoba

viernes, 26 de junio de 2020

Convocatoria fotos de baúl, segunda vuelta. Canción: Columnas rotas por Fernando Christian Rodriguez Besel




Te miro, te aspiro, te extingo
te vuelvo a juntar las partes
esto que aquí me digo
pertenece al delirio de nadie
sos mas hermana a los lugares de ninguna parte
y yo soy asi y vos callas
y en la oscuridad te sentís mucho mejor
y cuando hablo tu cara es un cable de desconexión
cada cosa que digo ahi adentro
desmenuzada en sucedáneos de trinos
quisiera reventarte ya ya que nadie da un grito
yo también fui feliz entonces
como un niño limpio
ahora mi columna rota
sosteniendo esto que nos hace fríos
y en la oscuridad...
esa cara de poker
entre traviesa y mortuoria
mis acciones siempre calientes en tu fría puerta giratoria
no hay pegatinas de pájaros en vuelo
ni finales agradables en tus espinas
cada beso de cicuta vale oro en este pueblo
no HAY arrabales en tu alma solo un corazón de metal en el invierno
pense seria tu corcel pero me llaman por un nombre de perro
en las fiestas tu sonries y a mi me dejas helado
y en mi cabeza de sansón TODOS LOS mechones cortados


Fernando Christian Rodriguez,poeta y músico, Balvanera Capital Federal, Argentina


Convocatoria fotos de baúl, segunda vuelta. Tres botones por Lucas Damián Cortiana











“En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?”

Alejandra Pizarnik



Tus manos deslizaron medias y abrocharon
tres botones en tu pecho.
Nadie más que yo te adora desde la ventana.
Tu cuerpo, célula a célula, glóbulo a glóbulo, semilla a semilla
comienza su renovación.
Mira que eres liviana como estas comillas que encierran “sutil”,
pero el miedo es profundo y denso…
¿Sabes tú del miedo?
Respira un poco más y guarda un rizo de viento en tu claro
del bosque.
Allá afuera el mundo está contaminado
porque nos acostumbramos a la mugre de nadie, que es la miseria de todos.
Y los que no saben amar son tan inútiles. Se les entumeció el lugar
de donde nacen las cosquillas.
Menos yo, claro, dentro de esta capazón de metáforas lindas,
donde en vez de basura hay música y en vez de rabia,
un piano de cola para acunamos en fa mayor.
Quisiera hacer un intervalo para decirnos te quiero.
La mente humana es hermosa cuando divaga.
Ahora o en un rato, voy a decirte “carozo de palta,
agua de limón en ayunas, petauro del azúcar como mascota,
¿quieres ser mi novia?”
Si yo fuera tu excepción, regaría tus meñiques con miel
y antes que te vayas a dormir,
te soltaría el pelo, para que se vaya volando por allí
como un enjambre de abejas o una bandada de patos.                           


Lucas Damián Cortiana, es escritor y poeta, Chivilcoy,Provincia de Buenos Aires, Argentina


Convocatoria fotos de baúl,segunda vuelta. Maquillaje por Fabiola Sánchez Palacios



            —A Pedro Infante le gustaban vírgenes, bonitas y de catorce años. Cuando las encontraba sin mancha y hermosas, les ponía casa como a Lupita Torrentera o a Irma Dorantes, si ya eran segunditas, las tomaba para pasar el rato. —me dijo madre, y yo pensé que eran delirios de anciana moribunda. Tenía fiebre, pero insistía con desesperación en que pusiera atención a lo que iba a decirme:
            —Mi madre, tú abuela, se llamaba como yo: Pureza. Ella recordaba con emoción el día en que entró a trabajar a los estudios de cine Tepeyac como asistente de la mejor maquillista, doña Concepción Goyeneche. María Pureza Pérez Rueda, tu abuela, fue la más feliz el día que consiguió ese empleo de auxiliar de maquillista con doña Conchita. Pensaba que Iba a conocer a muchos artistas y con suerte quizá ella podría serlo —continúo con su relato—. En ese momento pensé que los biógrafos oficiales de las actrices consagradas contaban la misma historia sobre las estrellas mexicanas del cine de la época de oro. A María Félix la descubrieron en la calle y le propusieron ser actriz, a Lilia Prado la encontraron en la Alameda, a Elsa Aguirre la toparon en un concurso de belleza a María Victoria un cazador de talentos la encontró cantando en una carpa, incluso Sara García se encontró con la actuación en una calle del centro. Se lo comenté a mi madre para ver si me escuchaba y respondió:
            — Ninguna dice la verdad, sólo Rita Macedo.
            —Mamá, repliqué, tal parece que en la calle de Madero o en cualquier otra, del centro de la Ciudad había un set de cine permanente donde bastaba acercarse para que te dieran un papel estelar.
            —Escúchame con atención y no me interrumpas que lo que voy a decirte es muy importante. Ordenó con firmeza y continuó —María Pureza Pérez Rueda supo muy pronto que nada de lo que representaban actrices y actores era cierto, que Joaquín Pardavé era un neurótico insoportable, Cantinflas era corrupto y un malvado con las mujeres, que Arturo de Córdova elegía a sus compañeras de set y tenías que acostarte con él si querías el papel. Sin embargo, un día Lupe Vélez lo encontró en la cama con su marido. El galán de galanes fue el que más lloró en el sepelio de Ramón Gay, actor que, era secreto a voces, hacía honor a su nombre. Igual que encontraron a Enrique Rambal, muerto de un infarto, en la cama de Mauricio Garcés. ¡El actor que había encarnado a Nuestro Señor Jesucristo, imagínate!  Que Miroslava no se suicidó por un hombre sino por una mujer y que las abuelitas del cine nacional, Prudencia Griffel y Sara García, eran de la otra ganadería. Por Dios, si lo sabré yo que se lo escuché tantas veces a tu abuela.
            Guardé silencio, parecía como si hablar de cine mexicano y de su madre doña Pureza Pérez le hubiera devuelto la vida a la mía. No me atreví a interrumpirla, aunque seguía sin entender a donde iba relatándome esa Babilonia de la farándula mexicana. 
            —A sus catorce años, María Pureza Pérez estaba fascinada por ese mundo, hasta el camino de Peralvillo a los estudios Tepeyac que hacía diariamente a pie, le parecía maravilloso. Apenas tenía unos meses trabajando cuando apareció él e iluminó todo el set con su sonrisa. Conchita Goyeneche le secaba el sudor y tiraba el algodón, mi mamá se acercaba y recogía los algodones sucios para guardarlos con devoción. Conchita era muy estricta, el polvo de arroz para secar el sudor, el agua de colonia, la vaselina o el aceite de oliva para la Sara Montiel y su apestoso cabello debían estar listos antes de la filmación, cualquier detalle no calculado y Conchita Goyeneche le gritaba a mi madre delante de todos, que pusiera atención que se concentrara.
            —Las bonitas pueden darse el lujo de ser tontas, las feas ni siquiera nos vemos hija. Por eso, debemos hacernos indispensables. Le decía a cada rato a Pureza.
            Mi madre tenía un cuerpo hermoso pero su cara no era tan agraciada, un poco como aquella actriz Maty Huitrón, solo que menos bonita de cara y morenita. Así que Puri se hizo indispensable para Conchita. Antes de que ella pidiera el siguiente frasco con la siguiente pócima para embellecer a la actriz, mi madre ya lo tenía en las manos. Sombra azul para acentuar el drama, rubor rosa para hacerlas parecer más jóvenes, algunas primeras damas estaban como flores un día antes de marchitarse. Todas amaban a Conchita que era la poseedora del secreto para hacerlas parecer más bellas, más finas. Puri observaba, los tonos, los labiales, las cinturillas y le aprendió algo que era uno de sus más caros secretos, a poner pestañas postizas del mismo cabello, una por una. Hasta que aquellos ojos fueran inolvidables.
            Su trabajo fue lo más importante, hasta aquel día que llovió como un diluvio y Puri salió tarde por limpiar camerinos. A Pedro Infante también se le hizo tarde. Se había quedado platicando con Ismael Rodríguez. Don Ismael dijo que era el cumpleaños de Alejandra, su esposa y que se iba de prisa.
            Puri no llevaba paraguas y la nube se desató sobre ella justo en la rampa de salida de los autos, Pedro la vio bajo aquel aguacero, acercó el coche y le dijo:
            —¡Súbete!
Ese acento norteño y su potente voz hizo que Puri obedeciera sus órdenes.
            —¡Mira nomás muchacha, estás hecha una sopa! ¿Pa dónde vas?
            —A mi casa
            —Me imagino que, a tu casa, pero ¿Dónde es?
            —En Peralvillo señor.
            —No me digas señor, dime Pedro. Le dijo riendo y le puso la mano sobre el muslo en gesto de confianza.
            —Lo que usted diga señor. Bueno, Pedro.
            —Ah qué muchacha tan tonta. Di Pedro, nomás. ¿Cómo te llamas?
            —Puri, me llamo Puri.
            —¿Cómo Puri? ¡Qué nombre tan raro!
            —Bueno, Pureza, pero me dicen Puri.
            —Te doy un aventón.
            —¡Ay no! Cómo cree, va a ensuciar su coche, donde yo vivo es un lodazal.
            —Bueno, te acerco pues, si no quieres que te lleve.
Me dijo tu abuela que ahí comenzó todo, los siguientes días el ídolo de México hacía como que estaba estudiando su libreto y la esperaba para llevarla a su casa, todo era maravilloso cuando estaban solos, pero Puri se dio cuenta que cuando alguien estaba cerca se dirigía a ella como a una sirvienta, la llamaba muchacha y le ordenaba un café o una toalla para el sudor. Puri comprendió que a él le avergonzaba su amistad con la pequeña ayudante de la maquillista, pero no por ser casi una sirvienta, sino porque era fea y a él nunca lo habían visto con una mujer fea. Su esposa, María Luisa era vieja pero no fea. Esa tarde, Puri se negó a que la llevara a su casa, la manoseara y besara como acostumbraba. Le dijo que no. Entonces él la miró con esos ojos de perro que ponía cuando quería algo y la convenció de aceptar una vez más. Cuando el ídolo de México se dio cuenta de que era virgen, le prometió que repararía su falta, pero le pidió que le diera tiempo. Le suplicó que guardara silencio porque estaban en medio de la filmación de La Mujer que yo Perdí y si el señor Rodríguez se enteraba de lo ocurrido, los correría a los dos.
            Al escuchar esas palabras Puri supo que estaba perdida que a ella no le pondría casa, ni le cumpliría el reparar la falta, ni le daría el apellido al hijo de una fea, seguramente un feíto. Puri tuvo que fugarse esa misma noche con su novio, un muchachito de la calle de Beethoven.
            No faltó a trabajar ni un solo día, antes de que terminara el rodaje y se le notara el embarazo, Pedro la llamó a su camerino y le dio una carta de recomendación dirigida a María Félix, por años fue la encargada de poner las pestañas una por una de la Doña, ni cuando me parió descansó. Se presentó a trabajar a los cinco días de parida, después acompañó a la Doña a todas partes, viajó e hizo dinero. Al final y de cierto modo, si le cumplió, por eso hija, yo estudié, viajé y pude casarme con el hombre más guapo que encontré con el que sabía que seguro, mejoraría la raza. Ahí está la foto de nuestra boda que lo atestigua, ahí está tu padre que era guapísimo, le daba un aire a Pedro Infante y por eso tú hija, saliste tan bonita o tal vez te pareces a él, a Pedro Infante, a tu abuelo, por eso eres tan hermosa.

Fabiola Sánchez Palacios, escritora, México Df


jueves, 25 de junio de 2020

Convocatoria fotos de baúl,segunda vuelta. Mi padre, el mejor del mundo por Cecilia Eloísa Cardinali


Este año va a ser distinto. Sí,  eso pensé a principios de año, cuando ni siquiera podíamos imaginar todo esto que hoy nos está pasando. Pero gracias a todo esto que está pasando en el mundo entero, me permitió tener este tiempo, ¡un tiempo para mí! ¡Para hacer lo que no me imaginaba hacer!
¡Escribir! Y poder relatar un popurrí de cosas que ocurrieron durante mi vida. Este stop que detuvo al mundo, me dio un momento. Si, ¡Un momento para mí!
Me encontré hurgando en esa caja, esa caja que con los años fui cambiando varias veces, porque cada vez necesitaba más espacio, ¡porque de tantas fotos que había,  las cajas comenzaban a desbordar!
Si, a desbordar de recuerdos porque eso son ¡recuerdos!, de instantes que quedaron retratados en una foto. De instantes felices porque a decir verdad, uno saca fotos en los momentos que realmente queremos recordar. Nadie sacaría una foto en un momento de dolor.
Todas esas fotos juntas comienzan a contar historias. Si, historias sobre esos momentos vividos. Retratados en aquella foto para no olvidarlos.
 ¡Y ahí estaba esa foto! La foto de la boda de mi padre y mi madre. ¡Ese momento feliz! Que marca el comienzo del camino de una historia juntos. Pudo no haber sido la mejor historia. Pero fue una historia de amor que llegó a su fin.
Así,  como en esa foto estuvieron y permanecieron ¡42 años juntos! Hubo todo tipo de momentos. ¡Yo no los podría relatar! Porque fue su historia de amor. Pero ahí estuvo mi papá, al lado de mi mamá ¡hasta su último aliento!
La verdad que pasaron años ya de su partida. Pero vos seguiste con tu vida, con  tus ideales; nunca bajaste los brazos. Seguiste te ocupaste de todo aquello que antes no podías, porque estabas acompañando a tu esposa en un largo camino.
Pero hoy a tus 80 años una pandemia te vino a poner stop. Te puso un freno. Te guardo en una cárcel en tu propia casa. ¡Eso es lo que está pandemia te quiere hacer! ¡Pero no lo va a lograr!
¡Porque la libertad no tiene que ver con eso! La libertad está en tu mente, en tu espíritu, en todo tu ser. ¡Sé  libre de la manera que más te guste! Pero no permitas que esta pandemia te frene, que te apague, te hunda. Porque lo más importante no es adónde estás, lo más importante es lo que podes lograr con esa libertad en tu ser que nada ni nadie puede encarcelar.
No te calles, no dejes de escribir como siempre lo has hecho, no dejes de mover tu cuerpo, de dar rienda suelta a tu mente y a tu espíritu. Porque eso es lo que siempre me enseñaste ¡a seguir adelante! Si, a seguir adelante a pesar de todo, ¡a continuar, porque cada día es una nueva oportunidad!, a luchar por lo que amas y por tus sueños ¡porque sin sueños, ¿Qué sentido tendría esta vida?, a valorar lo que tenés mucho o poco es tuyo, a amar al prójimo, ¡aunque no siempre es fácil!,  a perdonar ¡que aún es más difícil!, y a ser una persona de bien, si, eso también me enseñaste!
Dar todo, ¡pero todo! por tus hijos. Y poder saber que ahí vas a estar para lo que necesitemos ¡siempre! Aunque estemos lejos o cerca.
No sabés papá, no sabes ¡¿cuánto te extraño papá?! Pero se, que aunque te extrañe, una parte de tu corazón está junto al mío pensándome y yo junto al tuyo pensándote. Todos los que te conocen llegan a amarte porque tu corazón ¡es el más grande que conozco! Siempre estás ahí no solo para nosotros tus hijos, sino también para tus hermanos esos que no te los dio ni tu padre ni tu madre porque fuiste único hijo y sos único como persona. Esos hermanos que Dios te dio para compartir esta vida.
 ¡Te amo tanto papá! No te imaginas cuanto y hoy a tus 80 años  te honro como padre. Mi padre, el mejor del mundo.

Cecilia Eloísa Cardinali –Peluquera- Santa Rosa de Calamuchita-Córdoba-Argentina

ENTREVISTA A SANDRA ÁVILA POR TAMARA CABRAL

Fotografía de Mechy Dinardo ¿Desde qué año eres escritor? Escribo desde muy pequeña, ya en las tareas escolares intentaba mis primeras prosa...