Las luces resplandecían entre el sonido ensordecedor del lugar. Los jóvenes se dirigían de un lado hacia otro, como cardúmenes .El humo de los cigarrillos en el aire. Meneando los esbeltos cuerpos que bailaban con éxtasis arriba de los parlantes, la jarra loca, el cóctel de la muerte, y los cuerpos exorcizados. La fervorosa chispa de un cigarrillo desato una enorme llama que comenzó a esparcirse desde la cortina y continuando hacia el cielo raso.
Hola Sandra, muy buen relato que trae a la memoria la tragedia de Cromagnon. Triste realidad, más allá de un cigarrillo.
ResponderEliminarUn beso y buen domingo!!
¡El cromañón! Como la sed del baile acaba en cenizas igual que un cigarrillo consumido. Un tragedia penosa de una noche de locura.
ResponderEliminarSaludos.