Cuando era pequeña las Fiestas Navideñas las
pasaba en la casa de mi madre, en el terreno de atrás vivía mi abuela, y al
lado mi tío Rome y en estas Fiestas eran estupendas y felices. Éramos varias
familias, éramos muchos primos y había comida a rolete, nos prohibían beber
sidra pero nosotros nos arreglábamos para tomar los fondos de los vasos de las
tres mesas. Desde la mañana mi abuelo Felix escuchaba
música en el tocadiscos, sacaba los bafles por la ventana, mientras limpiaba y
lustraba sus zapatos. Nosotros nos vestiamos con lo mejor que teniamos,nos divertíamos con estrellitas y chasqui booms, en esa época los arbolitos estaban llenos de adornitos y lucecitas de colores. Después del brindis nos dábamos besos y abrazos, pero
sin culpa, sin vergüenza. Comíamos pan dulce, turrones, nueces, confites de
colores y delicias raras pero riquísimas, luego llegaban los vecinos de alado
los del otro lado y todos los que conocíamos y lo gracioso era que cada vez que
venían los vecinos a saludar: brindábamos, abríamos otra botella y seguimos
brindando y así hasta las 01: 00 de la mañana. Después salíamos nosotros a
saludar casa por casa y probábamos todo lo que nos invitábamos y brindábamos
miles de veces y por ahí corríamos la mesa se armaba el bailongo, las fiestas
eran fechas especiales y divertidas. Que recuerdos tan lindos, me acuerdo de
Adriana, mis hermanos, primos pequeños y mis tíos.
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