viernes, 11 de diciembre de 2020

Semi balance anual por Sandra Ávila

 

   Un par de tiras de organza roja me sirvieron para hacer unos cuantos moños y completar el arbolito de este año. Cada año hay que agregar algunos nuevos ya que muchos se rompen. La colita de ratón dorada sirvió para completar el adorno, en cuanto agregue las luces y las enchufe: el pino cobro vida. Una foto en IG completo el espíritu navideño. Muchos le escapan a la navidad y todo el festejo en relación a esta fecha. Muchos solo quieren la ensalada de frutas, sidra y turrón, lo demás no les interesa.

  Cuando empezó la pandemia nadie se hubiese imaginado que las fiestas la íbamos a pasar encerrados, con casi nada de amistades y familiares.

  Yo pensé que al estar encerrados el tiempo se iba a transitar lento, pero lo cierto es que el año se me paso volando. Hice todo el año de maestra para ayudar a mi nena a cumplir con sus tareas. No tengo problema con ayudarla, claro que no, es mi deber como madre ayudar en sus tareas escolares. El tema es que uno es madre, no maestra, no tenemos la pedagogía de un docente. A la piba la torture con la tarea sábados, domingos y feriados, y hoy no me arrepiento. Sino tendría que seguir sus clases hasta febrero o marzo.

  Alterne mi cursada de la facultad con otras cosas, por ejemplo, estudiar para los finales que están a punto de vencer…pegue en el palo. Llegue justo. Año caótico, agitado, y productivo.

  Estoy feliz, adelante mucho. A los 30 finales aprobados me recibo de técnica. ¿Quién lo hubiese creído?, si mi madre estuviese viva tampoco lo hubiese creído, de lo que si estuvo segura siempre es de que soy una persona ambiciosa y lo dijo la ultimo vez que la vi. Cualidad que ella siempre recalco como un defecto.

Un cuento policial inédito en "Y la muerte me susurró al oído. Vol. II"

Este volumen 2 trae 9 autores contemporáneos y también me sume como escritora, es emocionante ver mi cuento en este libro.