"La vida de Juana", más novela corta que cuento por número de páginas e intención, es un buen comienzo narrativo para su joven autora, Sandra Ávila (Buenos Aires, 1980). Lo más importante es que denota algo que es fundamental en toda narración y que es la capacidad de reflejar un mundo y un punto de vista a través de la historia que nos cuenta y los personajes que aparecen en ella.
En "La vida de Juana", la protagonista principal vive una situación donde a los conflictos personales se suma un contexto político, económico y social conflictivo situado durante el "corralito" argentino. Esta novela se desarrolla en Buenos Aires durante los años 1997-2001. Sandra Ávila consigue reflejar la crisis política económica y social de un país, más precisamente la crisis del 2001, con sus situaciones de marginalidad, drogas, delincuencia, desocupación, trabajo en negro, piquetes, huelgas salariales, paros empresariales y protestas.Según nos explica la misma autora, empezó a escribirlo en julio de 2010."Primero fue un relato con final abierto, luego sentí que el personaje daba para mucho más. Así que seguí dándole vida y me sumergí en su mundo. En cada capítulo fui narrando la vida de ella y de quienes la rodeaban, como Mónica, la amiga leal y honesta, o Patricio/Pato, el hermano menor de Juana que vive en el Chaco (nordeste de Argentina) y que viaja a Buenos Aires en busca de unas oportunidades que no termina de encontrar".El retrato que tenemos de la protagonista, Juana, es el de una muchacha sencilla, luchadora, y que frente a las adversidades se crece y sale de ellas más o menos bien librada. Pero lo importante es que el lector reconoce a un personaje. Está bien retratado sin entrar en honduras sicológicas. Por eso esta novela es una novela de personajes. En su escritura, Sandra Ávila emplea un estilo escueto y frío acorde con la situación que se describe. No es una novela poética o lírica o de sentimientos. Tampoco es una novela "negra" o policial. Lo que ocurre es mas bien consecuencia de acciones externas y producto de las circunstancias, mas que de las acciones de los personajes.Juana sufre desde el comienzo de la historia, pues debido a su condición social tiene que trabajar duro para ganar poco. Además, Juana también se ve amenazada continuamente por su empleadora con sustituirla con una inmigrante. La mujer que la proporciona trabajo, denominada "La dama de los perros", enseña el típico despotismo que suele tener quien ejerce el poder hacia quien no puede defenderse dentro del ámbito laboral y, por lo tanto, es explotado.
Juana va a trabajar de mucama (criada) y termina cuidando perros.Pero también están los sentimientos, el amor que es una ilusión o esperanza momentánea, y en el que los hombres son padres ausentes, cuando no huidos o vagos que abandonan a las mujeres con los hijos. Entonces ellas tienen que buscar trabajo para mantenerlos, cuando no se aprovechan de las circunstancias y abusan de las mujeres incluso físicamente. Pero ojo, no estamos ante un melodrama ni una telenovela. Ya hemos dicho que no se incide en lo sentimental. Además, la novela está vista por un narrador cercano pero lejano que imprime la necesaria distancia.En cuanto a Lola, que viene a ser la otra cara de la moneda de Juana, es el "pathos" trágico de esta historia pues aunque su discurrir es paralelo al de Juana, no lo es su final, pues de algún modo "La vida de Juana" no es una narración con final feliz, sino mas bien agridulce.Esta historia de vida, contada de una forma lineal, nos habla de un tiempo de crisis, algo que ahora parece extenderse a ámbitos más desarrollados, como es el caso europeo, pero que no aspira ser una novela "social", porque lo que predomina no es un discurso político o colectivo sino esa persona que debe enfrentarse a las duras leyes de la existencia diaria, en Buenos Aires, Madrid, Atenas o Pekín.
Luis de León Barga
En "La vida de Juana", la protagonista principal vive una situación donde a los conflictos personales se suma un contexto político, económico y social conflictivo situado durante el "corralito" argentino. Esta novela se desarrolla en Buenos Aires durante los años 1997-2001. Sandra Ávila consigue reflejar la crisis política económica y social de un país, más precisamente la crisis del 2001, con sus situaciones de marginalidad, drogas, delincuencia, desocupación, trabajo en negro, piquetes, huelgas salariales, paros empresariales y protestas.Según nos explica la misma autora, empezó a escribirlo en julio de 2010."Primero fue un relato con final abierto, luego sentí que el personaje daba para mucho más. Así que seguí dándole vida y me sumergí en su mundo. En cada capítulo fui narrando la vida de ella y de quienes la rodeaban, como Mónica, la amiga leal y honesta, o Patricio/Pato, el hermano menor de Juana que vive en el Chaco (nordeste de Argentina) y que viaja a Buenos Aires en busca de unas oportunidades que no termina de encontrar".El retrato que tenemos de la protagonista, Juana, es el de una muchacha sencilla, luchadora, y que frente a las adversidades se crece y sale de ellas más o menos bien librada. Pero lo importante es que el lector reconoce a un personaje. Está bien retratado sin entrar en honduras sicológicas. Por eso esta novela es una novela de personajes. En su escritura, Sandra Ávila emplea un estilo escueto y frío acorde con la situación que se describe. No es una novela poética o lírica o de sentimientos. Tampoco es una novela "negra" o policial. Lo que ocurre es mas bien consecuencia de acciones externas y producto de las circunstancias, mas que de las acciones de los personajes.Juana sufre desde el comienzo de la historia, pues debido a su condición social tiene que trabajar duro para ganar poco. Además, Juana también se ve amenazada continuamente por su empleadora con sustituirla con una inmigrante. La mujer que la proporciona trabajo, denominada "La dama de los perros", enseña el típico despotismo que suele tener quien ejerce el poder hacia quien no puede defenderse dentro del ámbito laboral y, por lo tanto, es explotado.
Juana va a trabajar de mucama (criada) y termina cuidando perros.Pero también están los sentimientos, el amor que es una ilusión o esperanza momentánea, y en el que los hombres son padres ausentes, cuando no huidos o vagos que abandonan a las mujeres con los hijos. Entonces ellas tienen que buscar trabajo para mantenerlos, cuando no se aprovechan de las circunstancias y abusan de las mujeres incluso físicamente. Pero ojo, no estamos ante un melodrama ni una telenovela. Ya hemos dicho que no se incide en lo sentimental. Además, la novela está vista por un narrador cercano pero lejano que imprime la necesaria distancia.En cuanto a Lola, que viene a ser la otra cara de la moneda de Juana, es el "pathos" trágico de esta historia pues aunque su discurrir es paralelo al de Juana, no lo es su final, pues de algún modo "La vida de Juana" no es una narración con final feliz, sino mas bien agridulce.Esta historia de vida, contada de una forma lineal, nos habla de un tiempo de crisis, algo que ahora parece extenderse a ámbitos más desarrollados, como es el caso europeo, pero que no aspira ser una novela "social", porque lo que predomina no es un discurso político o colectivo sino esa persona que debe enfrentarse a las duras leyes de la existencia diaria, en Buenos Aires, Madrid, Atenas o Pekín.
Luis de León Barga
http://www.luisbarga.net/ Aquí podes leer la novela