lunes, 27 de septiembre de 2010

Poesía 1- Santiago Ocampos






Del cielo cae la lluvia, la siesta,

extenuada, amorosa,

con la piel tensa, frágil, empapada

la ira también resbala como si todavía

fuera sabrosa la idea de amanecer

porque con la lluvia amanecen las sombras

físicas de la rima, como cae la lluvia pareciera

caer el verso, la palabra que es saliva tibia

para el tacto que recorre la extensión

del alma hasta el cariño frío de los héroes

y es de tu cuerpo que cae la lluvia, la luz

ancha de las fronteras que riman con el ocaso

y las orillas de la tierra se asemejan a las

alas de la mariposa, a las alas de la primavera

que pesa en los hombros al pronunciar la tarde

entera, frágil, como si contaran los días

las gaviotas que caen por la sombra de tu espalda,

que abrigan la sonrisa pálida que guardan

las lunas de marea baja, en época de trigo,

de leche, de tocar por debajo del mapa la

soledad, el mundo por las

yemas de tus dedos rozan el mío, el individual,

el que va cercando tus capitales, el que va avanzando,

el que abre la ropa, el hombre que abre la ropa

que acaba con la calle, con el sendero surcando las

cicatrices, el olvido que te va dejando, abandonada,

táctil, frágil, con las palabras entremezcladas en las ropas,

con la palabra desnuda el cielo pareciera dejarse ver,

con tus senos pacta el poeta como si la tierra continuara

con ellos en la poesía, como si tu noche terminara

llevándose a cuestas las estrellas, y sin embargo llueve

y porque llueve la tarde golpea la ropa, nos empapa,

la tarde es la quemazón, la prisa, la urgencia,

la tarde tiene desecho el abrazo, la tarde tiene la ternura

temblorosa de la piel de la palabra, la tarde

todavía no tiene las tres en punto, la tarde no tiene

aún la luna entre las sábanas como tu cuerpo del que

descienden los mares vástagos, huérfanos del deseo

como si no bastara el cuerpo, como si todavía terminara

la tarde y crecieran las estrellas y creciera el cielo

al humedecer su palabra contra la luz tenue

que entra apoyada en el movimiento involuntario

de la siesta, de las manos sobre la poesía,

de la lluvia sobre la memoria
Peteneciente a el libro "El enamorado de plata Vol.1")

1 comentario:

  1. Voces etéreas de nocturna escribanía28 de septiembre de 2010, 20:03

    Santiago es un poeta,que sabe transmitir sentimientos ,sabe plastar sensaciones,en estos versos describe un sentimiento de soledad,que lo atrapa y lo ahoga.Me encantó!

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