Fotografía de Sandra Ávila
Cuando
narró algunas situaciones dispersas
sobre mi infancia; preferiría recordar la infancia de los otros; por ejemplo: mi abuelo
volviendo del trabajo y mis primos; todos chiquitos esperándolo afuera, y
cuando lo veían asomar una extremidad de su cuerpo en la esquina de la química salían a la
carrera para ofrecerse a traerle su maletín, este no era cualquier maletín, el
abuelo solía traer medialunas de jamón y queso que le sobraba de la oficina y
lo repartía y convidaba entre todos sus nietos. Yo, por mi parte me distanciaba, observaba de lejos. El
abuelo los sábados y domingos que eran sus días libres colocaba los bafles por la ventana que daba al
patio y encendía el tocadiscos, escuchaba unos tangos espectaculares mientras le ponía generosa pomada a los zapatos
que usaría en la oficina durante los siguientes días.