Sus poemas en orden cronológico (1981-1991) José Manuel Ortiz Soto: contemporaneo ,sutil. Sus textos son su voz interior,el poeta mexicano todo lo grita todo lo calla ni en el cinismo ni se calla, autor de Ángeles de barro, Poesía .Es poeta y médico,se decidió muy rápido cuando se fue a inscribir en la carrera. Estudio en la Universidad Nacional Autónoma de México. Nació el 27 de enero 1965 - Guanajuato. ¿Cómo elegiste el título de tu libro Ángeles de barro? Es una historia vieja. Cuando tenía 16 o 17 años escribí un poema breve que decía: “Tuyos eran los ángeles de barro que en mi calma nocturna había logrado hacer a tu imagen, ¡extraña seductora! Y eléveme cual un triste fantasma con mirada y alas de silencio en tu espacio de musa protectora. Porque fui de barro y tú mis alas”. Me atrapó ángeles de barro y comencé un poema con ese nombre. De ahí surgió el título del poema, del blog de poesía y de mi último libro. ¿Cómo te involucraste en la escritura ¿Cómo fueron tus primeros escritos? El causante directo, creo, fue un profesor de secundaria, Jaime Alcántara, que nos dejaba escribir poemas. Aunque ya lo traía en la sangre, pues mi tío José, hermano de mi madre, escribía poesía y era un excelente declamador; al igual que mi tía Ángela y mi hermano Javier. Sin embargo, recuerdo como detonante la ruptura con una novia a quien dediqué mis primeros textos ya pensados como poemas. Luego vinieron mis maestros de preparatoria, Susana Ordoñez y José Alfredo Maqueda, quienes me estimularon a continuar. La temática de entonces era la naturaleza, el amor, los conflictos sociales, principalmente. ¿Contame sobre Ángeles de barro? Supongo que te refieres al libro. Es una selección de diez años de poemas (de los 16 a los 26 años)de 1981- 1991 tomados de los libros de poesía que escribí en ese lapso de tiempo. Comienza con mis primeros poemas escritos en el primer año de escuela preparatoria algunos de los cuales fueron trabajos dejados por los maestros que ya te mencioné. El libro concluye con poemas de A veces la risa, escritos para mi hija Ireri Alejandra. Puedo decir que se trata de un libro que comienza en la adolescencia y termina con el principio de la madurez, en todos sentidos. ¿En qué año salió publicado? El 24 de diciembre de 2011. Fue mi regalo de Navidad. ¿Nombre de la editorial? Lagarta azul, que es mi propia editorial. Tu oficio de doctor pediatra cirujano y el de escritor, ¿cómo se dividen las tareas? De entrada son muy amigos; no he tenido quejas por ninguna de las partes. Por las mañanas trabajo en mi consultorio y por las tardes en una hospital del gobierno. Eso como médico. Respecto a la escritura, te puedo decir que escribo desde que me levanto hasta que me duermo. Los tiempos muertos de mi trabajo los dedico a escribir. Soy una persona que se mantiene de su trabajo como médico, pero que no podría vivir sin escribir. ¿Qué es motivo de espiración, qué te sirve como herramienta a la hora de escribir? Todo lo que suceda a mi alrededor: un sonido, una imagen, una voz interior que te dicta lo que debes escribir, sin saber qué ni por qué. Los estados de ánimo. La mujer en general, mis hijas, ahora mi nieta… Cualquier cosa es un pretexto para escribir. ¿Dónde naciste José? En un pueblo del estado de Guanajuato, en el centro del país. Ahí viví hasta los quince años, después me fui a estudiar a la capital. Y aquí vivo desde entonces. ¿Qué estas escribiendo ahora? Todo lo que me venga a la cabeza. Pero más ordenadamente, preparo un libro de minificciones que saldrá a mediados de este año. ¿A quién admiras? ¿Podrías definir que es la literatura para vos? ¿A quién admiro? ¡A muchos escritores! De tu país a Borges, Cortázar y Sábato (su libro El túnel lo he regalado decenas de veces y lo he leído otras tantas). Poetas: Baudelaire, Rimbaud, Allan Poe, Jaime Sabines, Homero Aridjis; narrativa: Hemingway, Boris Vian, Chejov, Juan Rulfo, Jorge Ibargüengoitia… De escritores de minificción que andan por la red, a Elisa de Armas, Gabriel Bevilaqua, Lola Sanabria, Martín Gardella, Esteban Dublin… La literatura es la vida. No sabría qué otra cosa decir. Podría no ser médico, pero imposible dejar de escribir o leer. ¿Cómo volcas tus ideas en el papel? ¿Cuál es el proceso, y cuándo lo das por finalizado un nuevo escrito? Tal y como vienen las ideas las escribo en la computadora o en papel (o en la Black Berry, que para eso la traigo). Luego vuelvo a ellas, las trabajo, las desecho... Cuando creó que están terminadas las dejo por la paz, aunque casi siempre regreso a ellas; en eso soy muy obsesivo. Nunca tengo un trabajo terminado.
¿Con qué escritor te gustaría tener una profunda charla? ¿Por qué? Con cualquiera de los que mencioné allá atrás. Pero me gustaría meterme en una máquina del tiempo y viajar a la época de Charles Baudelaire, asistir a alguna de sus conferencias, escuchar sus poemas, pero sobre todo tomarme algunas copas con él y acompañarlo a las tertulias poéticas en que participaba. O quizás haber sido médico en el hospital psiquiátrico en donde lo internaron y pasar los días charlando con él, aprendiendo de su capacidad como poeta. Colecciono ediciones de Las flores del mal. ¿Cuál fue tu primer anhelo: ser médico o escritor? Nunca pensé ser médico. Me decidí por la medicina unos días antes de tener que elegir una carrera. Creo que así como le debo a mi tío José mi afición por la literatura, también es el culpable de que yo sea médico. Pues desde muy pequeño lo acompañaba en sus andanzas médicas. Debo decir que tras la muerte de mi padre cuando yo tenía doce años, él vino a ocupar este sitio (también era mi padrino). A él le dedico mi libro Ángeles de barro, que, por fortuna, alcanzó a leer, pues fallecería un mes después. ¿Cuándo descubriste tu afinidad y la expresión a través de la palabra escrita? Quiero suponer que desde que no quise aprender música y renuncié a las clases del abuelo, por ahí a los ocho años. Por esta época leía todo lo que cayera en mis manos. Mi madre me tenía que ir a sacar del kiosco de revistas donde, como lector VIP, tenía crédito abierto. Mi hermano Javier se dio cuenta de eso y me proveía de libros. Sólo era cuestión de tiempo. ¿Integras como jurado de Marina de Ficticia? No, soy de la tropa. Subo mis textos y si son seleccionados, se tallerean. Me considero en etapa de aprendizaje. Aunque escribo textos breves desde siempre, mi incursión en la minificción (con conocimiento de causa) lleva apenas poco más de un año. ¿Podrías contarme sobre Pingüino Rojo y relatos para niños? "El pingüino rojo" es un cuento largo o una novela corta para niños. Empezó muy cómico. Una ocasión que llevaba a mi hija Aranza al colegio venía caminando por la calle mi suegra, aún era oscuro y no se distinguía muy bien. Hacía algo de frío y traía una chamarra larga. Comentamos que caminaba como un pingüino. Nos reímos. Una calle adelante vimos a una mujer vestida de rojo y sus movimientos también parecían de pingüino. Y de ahí surgió el nombre. Un pingüino rojo. Dejé a mi hija en el colegio, me fui a un café a donde iba todas las mañanas y comencé a escribir la historia. Tengo muchos textos para niños, quizá porque cuando era joven a mis primas pequeñas les gustaba que les contara historias (estuve en un grupo de teatro algunos años) y luego por mis hijas. Es más, lo primero que publiqué fueron canciones para niños, que me grabaron unos amigos payasos. ¿Cuáles son los 5 libros no debe faltar en una biblioteca? Los que a cada quien le gusten. Es una pregunta muy difícil. En mi caso podrían ser: Las flores del mal, de Baudelaire; El túnel, de Ernesto Sábato; Antología poética, Homero Aridjis; El principito, Antoine de Saint-Exupéry; y El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. (Así me podría ir en listas de cinco hasta elegir mis favoritos, que son muchos.) ÁNGELES DE BARRO http://angelesdebarro.blogspot.com/ UN PINGÜINO ROJO http://unpinguinorojo.blogspot.com/ CUERVOS PARA TUS OJOS http://cuervosparatusojos.blogspot.com/
Ademàs de todo...un gran amigo...fina persona...
ResponderEliminarFelicidades.
Rosio,gracias por comentar.José tiene un alma muy grande,un gran poeta.Saludos.
ResponderEliminarSandra, gracias por esta entrevista, fue muy divertida.
ResponderEliminarRosío, amiga, ¿qué puedo decir? Abrazos.
Anónimo, también sin comentarios, y más abrazos.