Obra de Arte: Picasso
En la privada residencia del barrio” Los robles azules” de la cuidad equis, vivía Adriana y Fernando, un joven matrimonio que acostumbraba crear lazos con un grupo de personas especifica que por su puesto encajaban con su bolsillo y con su estilo de vida tan exquisita, ella una mujer de treinta y pico, perspicaz e interesante que asiduamente daba una vuelta por las tiendas del Shopping ahí en su barrio. Su esposo de la misma edad .Dedicaba gran parte del día a hacer las practicas de medico residente en el hospital. Cada mañana el portón del garaje se elevaba eléctricamente para sacar la ostentosa cupe negra ultimo modelo para dirigirse a su trabajo. El se despedía de ella con un beso
Adriana era reconocida decoradora, tenia allí su estudio .Donde atendía su amplia agenda de clientes. En su tiempo libre jugaba tenis, golf con sus amigas el barrio privado, y por las mañanas salía a trotar acompañada de su personal trainer .
El fondo de su parque y el fondo de Alejandro, su vecino estaban separados por una insignificante muralla. Fernando con sus horarios fijos y ella buscando una cuota de alegría fuera de su relación. Cuando su esposo salía de la residencia llegaba su amante.
Todas las madrugas a la misma hora era escabullirse entre los arbustos y luego saltar el paredón e ingresar a la propiedad por la puerta de atrás .Siempre con la certeza absoluta de que el hombre llegaría a las cinco de la tarde .Esta vez, el amo de la morada regreso al percibir que había olvidado sus documentos en la mesa de luz.
Y adentro se hallaba su esposa y su amante.
Adriana era reconocida decoradora, tenia allí su estudio .Donde atendía su amplia agenda de clientes. En su tiempo libre jugaba tenis, golf con sus amigas el barrio privado, y por las mañanas salía a trotar acompañada de su personal trainer .
El fondo de su parque y el fondo de Alejandro, su vecino estaban separados por una insignificante muralla. Fernando con sus horarios fijos y ella buscando una cuota de alegría fuera de su relación. Cuando su esposo salía de la residencia llegaba su amante.
Todas las madrugas a la misma hora era escabullirse entre los arbustos y luego saltar el paredón e ingresar a la propiedad por la puerta de atrás .Siempre con la certeza absoluta de que el hombre llegaría a las cinco de la tarde .Esta vez, el amo de la morada regreso al percibir que había olvidado sus documentos en la mesa de luz.
Y adentro se hallaba su esposa y su amante.
guau, un historia que nos interesa sobre amor y ser infiel. Esto es un clasico, mas que es unhistoria joven y lleno de ilusion. Saludos.
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